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El melasma es una de las patologías más frecuentes en nuestra práctica diaria.
Es una alteración en la pigmentación de la cara que afecta sobre todo al labio
superior, frente y zona malar. Generalmente suele estar relacionado con
embarazos, tratamientos hormonales o tomas de sol junto con medicamentos.

El primer paso en un melasma es un Diagnóstico Integral Dermatológico. La valoración por un dermatólogo permitirá elegir el tratamiento más adecuado según el tipo de melasma y las características del paciente. No todos los melasmas son iguales ni todas las pieles responden de la misma manera ni necesitan los mismos tratamientos.

TRATAMIENTO

El melasma es una patología CRÓNICA y no existe un tratamiento que lo elimine de forma absoluta y permanente, pero sí muy buenos tratamientos que hacen que no sea visible o que desaparezca casi por completo.

-Debe ser tratado de forma precoz. Cuanto más antiguo es el pigmento depositado, más nos costará llegar a él. El melasma dérmico (pigmento más profundo) es más difícil de tratar que el melasma epidérmico (pigmento más superficial).

-La protección solar es el punto más importante del tratamiento. El paciente debe evitar la toma activa de sol y debe utilizar fotoprotector de amplio espectro a diario, incluso aunque no le vaya a dar el sol, ya que hay evidencia de que la luz azul también empeora el melasma.

-Durante las primeras semanas y antes de iniciar un tratamiento en clínica debemos estabilizar el melasma mediante tratamiento domiciliario. Prescribiremos una rutina personalizada para cada paciente mediante formulaciones magistrales, combinaciones de activos a concentraciones altas o tratamientos orales.

-Una vez estabilizada la producción de pigmento, podemos ayudarnos con diferentes técnicas en consulta:

• Peelings despigmentantes.
• Microneedling con activos despigmentantes (enlace)
• Tratamientos de cabina aquapure/zoskinhealth.
• Láser resurfx.